HABLEMOS DE LA SEGURIDAD PUBLICA EN COATZACOALCOS (7-oct-15)
La historia se repite una y otra vez. La presencia del secretario de seguridad pública en Veracruz, Arturo Bermudez Zurita comprueba la gravedad del problema de inseguridad y al mismo tiempo debiera ser un aliciente para que las cosas mejoraran en ese renglón. Sin embargo, una vez que se ha ido el alto funcionario policíaco, la situación empeora, como si los delincuentes quisieran demostrar que toda estrategia y logística policiaca pregonada por el gobierno no surte efecto en su contra, por el contrario, los incita a demostrar su desdén multiplicando los delitos en la región.
Y si todavía el corredor transístmico va para largo, el corredor delicuencial tendido entre los municipios de Las Choapas, Coatzacoalcos, Minatitlán y Acayucan es una realidad. Los malhechores transitan de un punto a otro con plena impunidad, originando el miedo entre la población y la exigencia de respuesta responsable y eficaz al gobierno, por parte de los diversos sectores productivos y sociales.
No hay plan ni estrategia policiaca que frene y abata los numerosos delitos que van del arrebato de una bolsa, el asalto con violencia, el robo a domicilios y comercios hasta la extorsión, el secuestro y el homicidio calificado.
Lo hemos dicho: en el caso de Coatzacoalcos, este municipio ha sido campo experimental de todos los operativos orquestados por el gobierno estatal que incluye el mando único, la policía estatal, la fuerza civil, el escuadrón antisecuestros, incluyendo al sector naval y a la milicia. Todo lo anterior, ante los ojos de la ciudadanía, ha sido hasta ahora insuficiente e insatisfactorio.
Y Una vez más, el secretario de seguridad pública ha llegado con nuevos elementos policíacos para reforzar la deficiente vigilancia en la ciudad, confiando en que su entrada en acción llevará a los delincuentes ante la justicia y a su vez atemorizará al resto para no infringir la ley ni atentar contra la vida y los bienes de los ciudadanos.
Lamentablemente hace falta más que eso para recobrar la confianza ciudadana en las autoridades policiacas y en el gobierno mismo. Por eso, pensando en que la falla principal radica en quienes conducen la institución, un grupo de abogados y empresarios ha pedido la destitución de Bermúdez Zurita, lo que obviamente no ocurrirá, pues el gobernador del estado confía en que el jefe policiaco rendirá buenas cuentas antes de que concluya el sexenio.
Pero frente a la crítica situación de inseguridad en la zona sur, centro y norte del estado, varios diputados federales han solicitado que llegue la Gendarmería Nacional en auxilio de la autoridad estatal y que el mando de todas las corporaciones que están interviniendo en el sector de seguridad queden al mando y coordinación de un Comisionado Especial, tal y como ocurrió en el estado de Michoacán.
Si el desolador panorama de inseguridad no varía a la baja en los próximos meses y por el contrario se acentúa, más voces se unirán al clamor en favor de la renuncia, la gendarmería y la designación de un Comisionado Especial en Veracruz.
¿Y la autoridad municipal? Sin atribuciones ni control de la policía a raíz de que se implantó el Mando Unico, sólo le queda aportar los recursos económicos del SUBSEMUN para dotar de equipo al cuerpo policiaco y recibir a cambio las quejas, críticas y descalificaciones de una ciudadanía indignada.