HABLEMOS DE CANDIDATOS (26-may-15) JHT

Han transcurrido 48 días desde que arrancó formalmente el periodo de las campañas de los aspirantes a una diputación federal y a menos de 13 días de que concluya ese periodo y los ciudadanos acudan a las urnas el domingo 7 de junio, son pocos los ciudadanos que en sus respectivos distritos saben cuántos y cuáles son los partidos políticos que compiten y cuáles son los nombres o apodos de sus respectivos candidatos, además de los independientes. Y es que en estas elecciones del 2015 hay registrados nacionalmente 10 partidos y en algunos lugares como el distrito de Coatzacoalcos, figuran dos candidatos sin partido o independientes.
Y si es difícil memorizar las siglas de 10 partidos, más lo es recordar el nombre de los candidatos. Pero hay una cosa todavía más dificultosa: recordar al menos una de sus propuestas.
Frente a esta situación, los partidos han recurrido al marketing político y en vez de plataformas políticas nos ofrecen spot con música pop, hip hop, grupera o salsa que agrada al oído pero no alimenta la conciencia social. La música pegajosa se asocia al partido y es de fácil memoria, pero el ciudadano no va a votar por un éxito musical sino por propuestas que busquen solución a sus problemas.
Así, la competencia entre los partidos y sus candidatos se circunscribe a la capacidad de sus asesores mercadológicos para seleccionar la música más actualizada y popular entre adultos y jóvenes, a buscar imágenes festivas y a escoger un buen slogan de campaña. Si hay tiempo, incluyen una, dos o tres propuestas que impacten la sensibilidad de la ciudadanía como el aumento salarial, la canasta básica barata, la promoción de empleos, una educación de primer mundo, la distribución de becas, el apoyo a los ancianos, la baja al precio de los combustibles y la luz y demás.
Por supuesto, bajo el pretexto de que los spots de radio y televisión se miden por segundos, las ofertas de campaña no incluyen la estrategia o el procedimiento mediante el cual se van a conseguir estos beneficios. En otras palabras, los partidos y los candidatos no entran en esos pequeños detalles que, en el fondo, son fundamentales que los conozca el ciudadano, para saber si realmente las promesas son viables o sólo son sueños guajiros.
Y lo más importante: ¿cuántas de esas ofertas de campaña corresponden realmente al trabajo genuino de un legislador en la Cámara de Diputados? Si nos apegamos al roll de diputado que es formular, impulsar, reformar, aprobar o rechazar leyes de observancia general, concluiremos que su trabajo poco tiene que ver con lo que andan ofertando los candidatos hoy en día y que incluye construcción de aulas, pavimentación, electrificación, hospitales, introducción de agua potable, etc.
La tarea denominada “de gestoría” social termina por opacar el verdadero propósito de quienes aspiran a llegar a la Cámara de Diputados.

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Tay

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