Una mirada a las reservas petroleras
Fluvio Ruíz Alarcón
Las reservas petroleras son, sin lugar a dudas, las variables fundamentales para establecer las condiciones que aseguren la reproductibilidad, continuidad y confiabilidad de los ingresos petroleros, en el largo plazo.
Contra lo que pareciera ser una idea muy extendida en la sociedad, las reservas petroleras no son solo una estimación del volumen físico de petróleo, que se estima debajo del subsuelo, dividido entre un cierto ritmo de producción. No: las reservas son una estimación de carácter multidimensional. Representan una cantidad a la vez física, económica y tecnológica. De manera muy esquemática y sencilla, las podríamos definir como la cantidad de petróleo que es posible extraer, en un momento determinado, al precio de cotización en el mercado en ese momento y con la tecnología existente. Resulta obvio que, así definidas, el volumen de reservas que es económicamente rentable extraer, dependerá tanto de las capacidades tecnológicas del operador, como de los niveles de precio observados en el mercado internacional.
Un ejemplo de la circunstancia descrita en el párrafo anterior, es que cuando los precios del petróleo se encuentran muy elevados, Venezuela es el país con el mayor volumen de reservas, puesto que la explotación de su crudo extrapesado del Orinoco, resulta rentable. En condiciones de bajos precios, Arabia Saudita recupera su posición de país con las mayores reservas del mundo, ya que su crudo, relativamente fácil de extraer, sigue siendo rentable.
Ahora bien, otro factor que determina el volumen de reservas es , por supuesto, el monto de inversión destinado a la exploración de nuevas zonas de potencial petrolero. Esta inversión, a su vez, también está fuertemente influida por los niveles observados de precios. A mayores precios, los operadores tienen mayores incentivos para ampliar su frontera geológica y a la inversa. En nuestro país, por ejemplo, la inversión en exploración se redujo drásticamente a fines del siglo pasado, cuando el precio de venta de nuestro crudo cayó por debajo de los 8 dólares por barril. La falta de inversión nos llevó a tener una tasa de restitución de reservas de apenas alrededor del 25 por ciento a inicios del presente siglo. Es decir, por cada 4 barriles de petróleo que producía Pemex, solo se "reponía" uno como reserva. Una vez recuperada la inversión exploratoria, a inicios de la presente década, alcanzamos tasas de restitución de reservas del 100 por ciento.
Es obvio que los costos de exploración, desarrollo y producción; también son un elemento a considerar. En su más reciente reporte semanal, el Departamento de Energía de los EUA, apunta que, en 2014, las reservas adicionales obtenidas por 75 empresas seleccionadas a nivel mundial, totalizaron 10,400 millones de barriles: la menor cantidad desde 2010. En buena medida, porque frente al claramente menor precio del crudo, apenas y hubo una ligera disminución de los costos asociados en la incorporación de reservas.
Bajo este marco conceptual, en las condiciones actuales del mercado internacional y en el contexto de una transición institucional de nuestro sector petrolero en pleno proceso, es como debemos analizar las cifras correspondientes a las reservas petroleras de nuestro país dadas a conocer recientemente por la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
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